La cuestión social
Al parar las salitreras aumentó la cesantía, y los obreros emigraron a la ciudad en busca de oportunidades. Sin embargo, las ciudades no contaban con la infraestructura para recibir un flujo tan repentino de inmigrantes y se generaron problemas, como la propagación de enfermedades y la carencia de viviendas dignas, entre otros.
El descontento crecía cada vez más y era lógico, pues factores como las malas condiciones de vida, las enfermedades, la devaluación de la moneda y el trabajo extremo auguraban una crisis que los sectores gobernantes no podían dimensionar. A pesar de esto, la clase política insistió en celebrar con gran pompa el Centenario de la Independencia, desconociendo las difíciles condiciones que enfrentaba la clase proletaria (crisis del Centenario).
Fue así como en 1903 se produjo un problema entre los gremios marítimos de Valparaíso y las compañías navieras; dicha agitación derivó en un ataque a las personas y a la propiedad privada que culminó con el incendio de las oficinas de la Compañía Sudamericana de Vapores y la toma del sector portuario por parte de los huelguistas. La tranquilidad solo retornó con la presencia de tropas de marinería y otras llegadas desde la capital, pero hubo numerosas víctimas que lamentar.
Durante 1905 estalló en Santiago un levantamiento popular en protesta por el aumento en el costo de la vida y por la discusión en el Parlamento de un impuesto a la internación de carne argentina. Contra este último proyecto porque se estimaba que favorecía a los hacendados y, en cambio, perjudicaba a los consumidores, debido al encarecimiento del producto. Hubo violentas protestas que derivaron en el apedreamiento de la casa del Presidente de la República Germán Riesco y grupos que marcharon hasta el Palacio de la Moneda y la Alameda de Santiago convirtiendo ambos lugares en verdaderos campos de batalla, luego de lo cual hubo saqueos y otros desmanes.
11.20.2008
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